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jueves, 6 de junio de 2013

La saga maldita de Poltergeist,


Parece que algunas películas son perseguidas por terribles acontecimientos, estas son consideradas películas “malditas”. Cualquier persona ha oído hablar de algunas películas que les rodea el misterio como “El exorcista”, “El cuervo”, “Rebelde sin causa” o “La profecía”. Pero tal vez, de todas las películas consideradas malditas a lo largo de la historia, la más conocida es la famosa trilogía de terror de los 80, “Poltergeist”.
La película original de 1982, dirigida por Tobe Hooper, producida por Steven Spielberg y con la brillante banda sonora compuesta por el ya fallecido mítico compositor estadounidense Jerry Goldsmith, se centraba en los Freelings, una típica familia americana de clase media que es víctima de fenómenos paranormales, cuando tras una serie de extraños y violentos incidentes, su hija Carol Anne es “llevada” al “otro lado”. Después de estos incidentes, la familia llama a un equipo de parapsicólogos para rescatarla, descubriendo que el hogar de los Freeling se encuentra ubicado en un cementerio nativo americano. La película tuvo un enorme éxito de taquilla, seguido de dos secuelas en 1986 y 1988.

Pero a parte del éxito comercial de la trilogía, JoBeth Williams (quien interpreta a la madre de Carol Anne, Diane Freeling) hizo unas sorprendentes declaraciones en 2002 para el canal de televisión VH1, en la famosa escena de la piscina de la primera película y en varias escenas de Poltergeist II se utilizaron verdaderos esqueletos para rodar las escenas. Esta controvertida declaración ante los medios de comunicación fue para muchos la base para explicar los terribles sucesos que vivieron tanto actores como miembros del rodaje que participaron en las entregas cinematográficas. Aunque con el paso del tiempo, debido a que muchos de los actores están vivos y siguen apareciendo en el cine y la televisión, el misterio que envuelve a las películas desapareció por completo. Pero en realidad, cuatro muertes ocurrieron durante y poco después del rodaje de la serie, y dos de ellas en circunstancias misteriosas, ademas de varios extraños accidentes.

Julian Beck, quien retrató escalofriantemente al predicador Kane, murió tras una larga batalla de 18 meses contra el cáncer de estómago poco después de terminar su trabajo en la segunda entrega. Pero más sorprende fue lo ocurrido en una secuencia del rodaje en el interior de una cueva en la segunda entrega, done había sentimientos de intranquilidad entre el equipo de rodaje. El miedo era tan intenso que el rodaje se detuvo hasta realizarse un exorcismo, llevado a cabo por el actor Will Sampson, que interpretó a Taylor el chamán. Sampson (más conocido por su papel en la película “Alguien voló sobre el nido del cuco”), falleció al año siguiente del lanzamiento de la película Poltergeist II, después de un trasplante de corazón y de pulmón.
Muchas personas pueden pensar que estas muertes se tratan de simples causalidades, pero lo peor les ocurrió a las actrices que representaron a las dos hijas de los Freeling. Dominique Dunne (Dana Freeling en la película original), entró en coma y murió en noviembre de 1982 a la edad de 22 años. Su ex pareja, John Sweeney llegó a su casa para suplicarle que volviera con él. Tras su negativa, comenzó a estrangularla durante varios minutos y al verla finalmente caer inconsciente, la dejó morir en la entrada de su casa. Sorprendentemente, Sweeney fue absuelto del asesinato en segundo grado y fue acusado de homicidio involuntario con una sentencia de medio año de cárcel.
Aunque el caso que tuvo un mayor impacto social fue la relacionada con la hija menor de los Freelings, la famosa Carol Anne, interpretada en las tres entregas por la brillante Heather O’Rourke. Ella moriría en febrero de 1988, antes del lanzamiento de Poltergeist III, con tan sólo 12 años de edad. A principios de 1987, Heather había sido diagnosticada con la enfermedad de Crohn, con lo cual le recetaron cortisona (con efectos secundarios en su cara, que parecía un poco hinchada, explicando la notable diferencia en su aspecto entre la segunda y tercera parte). El 31 de enero 1988, Heather O’Rourke enfermó, con síntomas que parecían de una simple gripe. Pero por desgracia, al día siguiente sufrió un paro cardíaco mientras era trasladada al hospital. Después de su trasladado en helicóptero al hospital de San Diego, falleció durante una operación de una obstrucción intestinal.
Los más escépticos pueden pensar que cada una de las muertes de los actores se pueden atribuir a las “casualidades y tragedias” de la misma vida, pero también ocurrieron otro tipo de situaciones que se suman a la maldición de las películas Poltergeist. En la primera entrega, la famosa escena del muñeco Oliver Robins, hermano de Carol Anne) le atacó de verdad. La robótica del muñeco, creado por el maestro de los efectos especiales Richard Edlund, tuvo un mal funcionamiento, apretando con tanta fuerza el cuello de Oliver Robins que su cara se puso de color azul, tubiendo que intervenir el propio equipo de rodaje para que no muriera ahogado.
payaso que ataca a Robbie (interpretado por
James Kahn, miembro del equipo y adaptador cinematográfico de la película, fue herido después de que un rayo le cayera sobre su remolque, provocando que la unidad de aire acondicionado explotara, que a su vez el aparato salió despedido por el interior del habitáculo golpeándolo fuertemente en la espalda.
En Poltergeist III, la actriz Zelda Rubenstein (que interpretaba a la famosa médium Tangina Barrons) misteriosamente enfermó durante el rodaje y rápidamente cayó en una profunda depresión inesperada. Poco después, recibió una llamada telefónica diciéndole que su madre había fallecido. Y en una escena en la que el garaje estaba en llamas, el fuego se descontroló. Todos los miembros que se encontraban rodando la escena resultaron heridos.

Es innegable que la muerte de estos actores y actrices fueron trágicas e inesperadas, pero por otro lado, a esto le debemos sumar la gran cantidad de misteriosos sucesos ocurridos en los rodajes. Es cierto que “la maldición” ha tenido un punto clave en mantener viva la esencia de estas películas, que de otro modo nunca podría se podría haber alcanzado en virtud de sus propios méritos. Debido a esto, muchas personas tienen la creencia que las películas Poltergeist ocultan algo mucho más siniestro que una simple maldición, podrían haber sido utilizadas como rituales para conseguir el éxito y la fortuna.

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